Alta mar (circa 1350)
31 de marzo, mediodía: Con la voluntad del Altísimo, emprendemos hoy el viaje de vuelta a la patria. Todo parece sernos clemente: la placidez del cielo, la bonanza del mar y el entusiasmo de los grumetes que, tras la noche de vino y mujerzuelas, se muestran ansiosos de volver a ver a la parentela. En Esmirna, de donde zarpamos, nos ha sonreído la fortuna y hemos podido cerrar prósperas empresas. Regresamos con una generosa provisión con la que vivir antes de volver al mercadeo. Micer Andulfo ha trazado con denuedo y tino una ruta con la que burlar a los sarracenos que infestan estas aguas. Una vez hayamos doblado Atenas, dice, podemos sentirnos seguros de nuestra suerte. Micer Andulfo evita hablar del Señor y se muestra reservado y taciturno ante Fray Tolentino, nuestro capellán, que muchas veces lo trata con suspicacia. 1 de abril: Anoche gran banquete de celebración del regreso al hogar y los venturosos negocios acometidos en