La madre
25 de setiembre, miércoles. Carrer de la Mercè. Calle de la Merced. No, no es la Plaza de la Merced, aunque los carros y curtidores que van pregonando todo el día por estos lugares me recuerdan tanto a los de Málaga...Esta mañana cuando bajaba con la Sunta hacia esa placita de abastos que aquí llaman de la Caterina me ha sorprendío el chiflo de un afilador, y me acordé de Rosita, la del practicante. Vaya tontería! De chicas, Rosita y yo solíamos callejear mucho por el Perchel y al caer la tarde, sin la resolana, subíamos al Gibralfaro a ver los charangueros que llegaban de Algeciras al puerto. Desde aquellas alturas se oían los alegres silbatos de los afiladores anunciando su llegada a los vecinos. A la Rosita, con aquella chiquillería tan sonsa que tenía, le mosqueaban los afiladores: creía que traían el yuyu y eran reclamo de la morería, y perjuraba que en unas horas nos llevarían a todas por los pelos... La Rosita era morenica y un tanto cuchareta. Tenía mucha gracia cuando se arran