Dispara Narciso

                                                                                                                       Ceci n'est pas une pipe                                                                                                                                René Magritte Veo, veo espuela de humo, hálito interrogante, pocillo portátil de las angustias pescadas con matasuegras. Pero lo que busco, sin más, es una pipa. Veo, veo papás narigudos, pepas de estancos, pipas y quicos a 50, pupas en el alma del crucigrama, apalabrado su ajuar de vocales germinativas. Pero ni rastro ni sombra de la pipa. Veo, veo al vecino Ramón, aquel tiarrón de abrigo antiguo y tabaco negro que dejó de oír por miedo a hablar; que dejó de hablar por no mentir. Calado el hongo, sellada la pipa, que ya no es pipa sin tabaco negro y sin Ramón. Digo, digo la pipa. La percibo, la evoco, la imagino, la desgloso en cuatro signos cardinales. Luego, po

Aquel lápiz -Staedtler- sobre la mesa del aula de dibujo. Aquel chicle -extralargo- en la fila al final del recreo. Y el cachete -por malo- de Santa Rita, que esto no se hace, que esto no se quita. Del mío al tuyo -hermano- del tuyo al mío. Me fío de los bolsillos donde todo cobra nuevo peso: Pedir, prestar, hurtar, robar, atracar, estafar -nos previnieron- reunir un inventario de saqueos que llene el hueco -de lo mío a lo tuyo, de lo tuyo a lo mío- por el que merodean sin billete, sin destino, los dedos de Pickpocket. Esa zona antigravitatoria donde no hay dueños en los tablados ni codiciosos en los burladeros y cuelgan los besos robados en los tendederos. Y Santa Rita trina en su hornacina. Véase también: CÓDIGO PIN. BANDIDOS. (ME) MANGA(S). (TE) MANGO. POLIS Y LADRONES. PLUSVALÍA.

Nos encerraban (¡qué yuyu!) en el cuarto oscuro con las ratas, con los monstruos, con la bruja piruja que nos tiraba, a ratos, del pelo. Más allá, en fila india, los invitados. El primero, fascinante; el segundo, convencido; el tercero, habitual; el cuarto (ya no es lo mismo) sin oro, sin plata, sin bronce, sin cenar ¡al cuarto! Nos sabía a poco (¿para qué más?), pero era suficiente. Como una delicia demasiado vista: la cuarta copa, el cuarto beso, la cuarta vez que nos vimos... Y desaparecimos con el cuarto, llevándonos del rastrillo los restos del día y la melancolía de los cuartos de hora. Ni puntuales ni retrasados: desencantados. Véase también: PARCHÍS. CUARTO Y MITAD. SÓTANO. UN. DOS. TRES. EGB. BABA DE CARACOL.

Taso: ato alto un globo nonato... ¡Asalto! Sin aire lo mato. Aire, ¿sólo? Aire ofrecido, figurado, preciado, gravado, vendido. Aduanas del cielo, tráfico oneroso de nubes. Fantasmas con cadenas, presos de precios hinchados, inflados, pinchados... Y al suelo el globo de nuevo, a reptar, a buscar un nuevo postor mejor que lo ate alto al globo ofrecido, figurado, preciado, gravado, vendido. Tocado y hundido. Véase también: PALOMITERO. FLOTADOR. LA BOLSA O LA VIDA. IVA. AEROSTÁTICO. COTIZAR.

Porque, si no, no te escribo, ni te pinto, ni te toco, ni te hiero -y mira que quiero-, ni te digo el pespunte de lava que me pincha el filo de la lengua; saco punta a mi lápiz, al pincel, a mis dedos, al puñal carnicero que llevo colgando en el llavero para entrar -de puntillas, eso sí- en tu cuarto, y acecharte, y rozarte, y descubrirte -¡apúntalo!- con los labios la punta de la nariz, con los besos, el rabillo del ojo por antojo agudo de esos días como agujas en que la vida se vuelve -aun más- punta. Véase también: COSTURERO. CRUZ DE NAVAJAS. ALPINISMO. AFILADORES DE BARRIO. ICEBERG.

Yo lo diría -siempre- de otro modo. Constante inconstancia del ahora que se seca en la piel hasta caer a tiras. En los meandros serpeamos contra esto y aquello por amor del nuevo esto, del aquello -crisálida- que aguardaba la flor caduca de nuestras horas. Despertamos. Un guiño del viento a la mañana. Y a otra cosa. Mariposa. Véase también: BRÚJULA. CAMBIO. EL RÍO DE HERÁCLITO. TÍPEX. ARENA. METAMORFOSIS.

Girar es un hiato. Claudicación. Decisión. Contra-decisión. Ya No. Ni Yo. Aventura. Evasión. Que se evitan. No es sentido. Ni parasentido. Nuestra sombra a cuestas, a cuestas siempre con él, siempre a cuestas con el                              espejo. Cuando detrás, amenazante, una mano al dorso nos reclama. Y sacamos los dientes, los dientes del perro que se muerde la cola. Y la cola muerde la boca sobre un mismo eje. Ya no atendemos. Un  momento, un momento más. Y volvemos. Véase también: PEONZA. TORCER. LA OTRA CARA DE LA LUNA. NO. DERECHA. IZQUIERDA. DESVÍO. SENDEROS QUE SE BIFURCAN.

Sobre la letra observa, calcula, ejecuta. Tinta armada. Y esa obsesión por alzar un mundo.                                      ¿Qué mundo? Más allá- más acá- de sus pasiones la hoja tiembla. Reduce. Ahorma. Espolea. Ah, cartógrafos de Babel, tantos años, tantas sendas... César dice que debe morir. Y muere. Y nace-aún- y se yergue y se cuelga en los celos de Madame Bovary. Tras la puerta del baño, el impúdico, el sordo, el ciego escuchan, eterno, el sonido del mar. Más abajo del silencio. Porque fue así, ¿verdad? Véase también: SOLEDAD. ALMOHADA. PREMEDITACIÓN. ALEVOSÍA. VIAJAR EN TREN POR LA NOCHE. PLUMA. PUÑAL. ALFIL.