Sonetos a la pintura (3)
REMBRANDT
Diste a la sombra laureles y bridas
en su lid con la luz abrumadora.
Ya el fulgor eclipsa y tiniebla dora
las almas en penumbra revividas.
Tu ojo indagador asombra a dormidas
formas, las yergue, las talla y desflora.
Vueltas del sueño a la luz salvadora,
rondan en tropel y a tu arte medidas.
Por tu pincel, cual cuchillo inflamado,
los recovecos se pueblan de albores
e irisa en su sótano al gris cegado.
Y heridos por mil brechas, los colores
se aferran con ansia al lienzo chapado
en claroscuro compás de estertores.
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