Sonetos a la pintura (1)
LA FORNARINA
Puros, sin edad se asoman los senos
que el nácar de Venus prende inocentes;
mas al dar con su boca en flor desmientes
el pudor niño en los ojos serenos.
La mano aquieta con bronces amenos
esa emanación de rosas y fuentes
ya vueltas luna dormida en la frente
cercando la noche sus prados de henos.
Tiernas líneas que el Amor observa
con formas de nube y mirtos antiguos
guardan su ensueño de la luz acerba.
Y en la paleta de las sombras sierva
funde el pincel quilates de oro ambiguo
que a la carne en sus doseles preserva.
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