La úlcera (1)

Hoy ha muerto la Rufa. O fue ayer. No lo sé. A mí me ha pillado en bragas la noticia, y a mitad de programa. Mientras discutíamos si los Montepío volverían a arrejuntarse por el bien de su cría después de haberse echado toda la mierda del mundo a la cara, el pinganillo me ha dejado helada con la voz histérica de cabrona orgásmica del Isra: "La Rufa la palma", "La Rufa la palma", decía el gilipollas, y a mí me han venido unas ganas de lamentar el fiambre exquisito de nuestra biutiful partiéndole la boca a ese subnormal. Si fuera por mí, ya estaría en la puta calle; pero por lo visto la televisión se está conviertiendo en una "onegé" que integra a los tarados de todo pelaje, y hay que tragarse lo que caiga.




Me he quedado unos segundos acojonado y con una cara de mongolo que ya debe de estar circulando por los zapping de medio país, y es que no sabía qué coño hacer. Es la primera vez desde que dirijo "La úlcera" que he visto mi careto y, de paso, mi profesionalidad a punto de irse al carajo. Suerte que la Mamarracha me ha echado un capote y ha empezado a soltar cosas de la niña de los Montepío, que si la han visto en el "Gaucho" con el colega del Gorila, que si es una cocainómana, mientras yo me quedaba con el caramelito de la exclusiva mundial en mi lengua esperando a que las últimas tiras de carne de la putita Montepío cayeran al suelo para soltarles a ellos y a toda la audiencia la noticia bomba de la más grande. No sabía si dar paso a la publi y mantener el misterio o soltarlo en el mismo momento en el que la Mamarracha se callara la boca. Pero pensé que "La úlcera" no ha desaprovechado jamás la ocasión de ser el programa líder en exclusivas de alto voltaje, y jamás hemos dejado que la actualidad más jugosa y candente fuera para los cursis del Canal 12..., vamos, antes beso el culo arrugao del Astray que quedarme sin el gustazo de volverle a robar el share a la falsa de la Transi Aguado. Total, que no he dejado en el aire ni un segundo, que el tiempo es oro en la tele, y he soltao con voz y cara de estreñío el inicio del serial de la tarde al mismo tiempo que el gilipuertas del Isra ha mandado bajar la luz de los focos y ha inundado el plató con el Candle in the wind como hilo musical. A mí se me ha revuelto un poco el cocido en el estómago.








He visto pollas de todo tipo y he soñado con otras tantas. Por lo tanto, no es raro que a estas alturas de la tragedia este rabo que tengo hincado esta noche me sepa a poco..., ¡qué coño, a nada! Los tíos tendrían que identificarse antes de defraudar las expectativas, sobre todo cuando una va muy caliente y quiere comerse algo de calidad. Cuando empezaba en esto de la tele creía, como el imbécil que era, que el tamaño del trabuco era proporcional a la cantidad de parné que tuviera el bulto al que se adosara. Mentira cochina, claro. Lo que me está matando esta noche es una puta mierda, pero su saco extendido de 92 kilos ha cerrado muchas bocas y unos cuantos culos, y no con la irrisión que estoy calentando, mona, no... Cada martes salen las cifras de audiencia de la semana, y yo siento en el fondo de mi ojete la pasión o la desgracia que se oculta en el fondo del corazón de este tiburón de las finanzas con más sinceridad que si hubiera estado rajando de su vida durante horas. Esta noche se le ve contento: hacía tiempo que su polla tronchante no alcanzaba tal envergadura, es verdad, aunque yo preferiría el cipote del Gorila, el de la Nati, ésa sí ha pescao una buena, la muy zorra, y a su edad... O el Astray en sus años mozos seguro que debió correr el rouge de muchas bocas con su linterna a la vez que levantaba el brazo ante el Caudillo en la Plaza de Oriente, por no hablar de todo el mercado de élite que habrá visto el agujero ya sordo de la Rufa... Éste se defiende como si enseñara los dientes antes los peces gordos para no dejarse pisotear por nadie, y a mí eso me pone cachonda que no veas, y a él le pone cachondo que yo haga otras guarradas en "La úlcera" y vomite la peor bazofia cada tarde mientras las agujas de los mostradores de producción no paran de moverse como si se tratara de un sismógrafo que alertara cada día de un acojonante terremoto. Por eso, fiel a mi culo y a mi show, yo me trago vía anal su periscopio curvado que no va muy lejos de las dos pelotas oscuras y calientes que están descansando ahora de todo el ajetreo del día...








La Nati consultó su reloj. Eran las cuatro y veintidós minutos de la tarde. No se lo esperaba. Una nunca espera que lo que esperamos cada día por dentro, lo que nos da vidilla cuando estamos pa'l arrastre, lo que más nos espabila en el momento en el que empezamos a empanarnos se cumpla al día, al mes o al año siguiente de la forma más cruel, pero es lo que hay, querida, y a la Nati la he cogido hoy por el cuello, y ya de paso le he tocado bastante la moral, que se lo tiene bien merecido por abusona y digna. La muerte de la Rufa no se la esperaba nadie, y menos aún la Nati. Todos sabemos que la una y la otra no se podían tragar desde que la Nati saboteara un bolo de nuestra reina metiendo mogollón de basura y de mal rollo en un teatro hace ya más de veinte años, y que desde entonces se han dedicado perlitas por los platós para el niño y la niña...Pero una cosa es ponerse de vuelta y media y otra que tu compañera de putadas la palme y yo con estos pelos ante la soberanía nacional. Eso no se hace, cari, pero ella lo ha hecho, y cada santo que aguante su peana, que decía mi abuela. Luego se lo he comentado a la Lita, sí yo también la he visto turbada, me ha dicho la repipi, que de todo tenemos. Eran a todo esto las cuatro y veintiséis cuando la Nati se ha dignado a hablar ante el millón y cuatro que nos seguirían, y ha soltado un responso funeral que ni el que dedicamos a la Duquesita cuando se partió la crisma en Suiza, en el cual intentaba reprimir un llantito, yo no sé si de sentido pésame o de alivio, y entonces ese público de paletos que suele honrarnos con su presencia se ha puesto a aplaudir, los muy falsos, como si no concieran el percal que vende la Nati cada día, y ésta ha vuelto a quedar como una señora, la cabrona, y se ha salvado de los abucheos, de los reproches, pero espero que tal y como ha subido el peso de sus trolas al aire le caigan pronto sobre su calva y quede como la asquerosa que es, que nadie insulta a la Rufa en "La úlcera" y se va de rositas, que para eso está calentando la silla cada tarde, para pagar con intereses su mala hostia ante el personal.




La Lita no es más decente, pero tiene tablas y apoderaos que le cubren las espaldas. Yo me río de ella en esas napias que lo han catao tó, y en sus teorías cursis. La gente detesta a la Lita con más saña que a la Nati, que conserva unos corrillos que la defienden a muerte. La Lita ha hablado de la talla humana de la Rufa unos segundos antes de que el Isra volviera a tocarme los huevos por el pinganillo para informarme de que de nuevo hemos sido los primeros en hacernos con la exclusiva de otra de las noticias del siglo, y en hundir en la miseria a la Aguado y ls penosos del Canal 12 otra vez. Poco me ha faltao para que mi rabo me acompañara en ese chute de felicidad. La Aguado jodida y la semanita de Carnaval que tenemos por delante son demasiado para poco más de tres horas de programa.




La Lita será todo lo repollo que queráis, pero no ha llorado porque es una profesional. A las cuatro y cuarenta y dos, y después de acordarse de los niños que deja, ha destacado la femineidad, así lo ha soltao, y el feminismo de la Rufa. Yo, que no sabía cómo cortarla para dar paso a un vídeo con los mejores posados playeros de la difunta, he encontrado la oportunidad cuando la Lita se ha metido en el berenjenal de la guerra de sexos; ahí ya no he aguantado más y he pasado de su culo un rato para que en el plasma gigante del plató se dibujaran las nalgas bronceadas, el escote adelantado, las curvas apabullantes y el vientre tersísimo de nuestra very very VIP en sus veraneos marbellíes. Hubo un momento en que los verdes y desgraciaos ojazos de la Rufa han coincidido con el pasajé más vibrante del Candle in the wind... He de reconocer que el Isra, tan empanao como es, sabe tocar la fibra tan bien como los cojones.




A las cinco menos ocho minutos de la tarde el Astray ha deslizado entre sus dientecillos postizos una palabras piadosas por el destino putrefacto de la Rufa. El Astray, lo sé porque me lo ha contado cientos de veces entre copas y rayitas, y a veces hasta con la mesa pelá, se ha corrido unos cuantos litros de leche pensando en el coño de nuestra dama. Lo he soñado, me decía sonrojado de farlopa, rasuradito, frondoso en ocasiones, vaporoso siempre para mi fiesta solitaria. Yo creo que esta tarde ha estado clavada en su chola la vulva de la Rufa mientras iba soltando mariconadas del palo rosita, pajarito, pocholita, y otras bazofias que me han entrado ganas de mandarlo directamente al Valle de los Caídos en un sarcófago. El Astray ya no es el straight matador que engatusó a una lady de Londres como todo un caballero español, y a las cinco y treinta y ocho no ha resistido más y la nostalgia ha vencido al semental convirtiendo la vulva olorosa de la Rufa en una zanja de gusanos que llenar con todas las lágrimas de su llantina. El Astray no ha tardado en cabrearse; a las seis menos ocho minutos de la tarde ha sacado al macho que desvirgó a toda una generación de colegialas para sacar de nuevo el temita de la prevaricación con la que los rojos acosaron al ex de la Rufa, tachando de calaña inmunda a todos los políticos de este país y parte del extranjero. Yo me cagué un rato en el asunto y en esta gentuza que no sabe entretener a las masas, y estoy pensando si para el especial de viernes sería mejor pasar de esta panda de amuermados que no han sabido darle vidilla a la tarde con la mejor y más jugosa noticia de las últimas décadas.




Seis goterones calientes se han esparcido por distintos lugares de su jeta; luego mi culo ha vuelto a templarse con el airecillo que entraba y mi polla ha declinado al mismo tiempo que la suya. Él se ha vuelto de espaldas y yo me he vuelto de espaldas quedándome con tres cuartos de la sábana que nos cubría, sintiéndome su señora por una noche y sin parar de pensar en cómo se iba consumiendo el cuerpo de la Rufa a la misma velocidad que el papel couché de la hemeroteca.




A las seis y un minuto he decidido soltar nuevos datos. La Rufa murió en su domicilio. Ha muerto sola como una perra. Como algunas perras. La Aguado se nos adelantó en este detalle, pero el venado ya está cazado y es nuestro. La Mamarracha ha vuelto de la publi como una monja, tapada hasta el cuello y sin la mierda que acostumbra a ponerse en su cara multicorregida, y me ha revolucionado al respetable, que nunca había visto a la Mama tan modosita y con esos ojos rojos que esta vez no se debían al colirio para su conjuntivitis. A veintiséis minutos para que acabara el programa de hoy, la Trini, la voz del pueblo, ha querido picarse con la Nati. La Trini es el único animal que me divierte en "La úlcera". Realmente fue todo un hallazgo sacarla de casa y haberla llevado a la tele: comenta las jugadas como nadie, sabe dar la puntilla en el momento adecuado, no corta el chorro de mierda cuando el toro se está desangrando...Sabe distraer, joder, sabe distraer... Esta tipa, que hace unos meses me lavaba los gayumbos, es una crack de la tele y no pienso desprenderme de ella. La gente se soba con la Lita, con el Astray y hasta con las maldades de la Nati o con las tetas operadas de la Mama comiéndose la cámara en horario infantil; pero cuando canta la Trini se calla el personal como dicen que se hace el silencio en el graderío cuando el diestro está a punto de dar toda su alma en el momento decisivo de la estocada final...








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