Diez sonetos capitalistas (III, IV)
III
LA OFERTA
Esclava, de la fábrica al mercado,
doy al postor amor en suministro.
Ni mi valor ni mi bien yo administro,
rendida estoy al precio equilibrado.
Gentil pretendiente me ha liberado
de ofrecerme en público y en registros
por bajos servicios que dañen mi estro,
desdorándome ante el interesado.
Voy comprando voluntades sin cuento,
pues cuanto más me quieren más me crezco:
saciar tu celo es logro de portento.
Mañana verás a cuánto me ofrezco;
doblar el lucro de mi don presiento,
así que tómame ya, que envejezco.
IV
LA DEMANDA
"Un soneto me manda hacer Violante"
Lope de Vega
Unos dúplex me manda hacer Fulano
que me inquieta hallarme con tal pedido.
Y ahora que Blas dicen que ha salido,
burlón, les cuento chismes de Mengano.
Pensó un día cómo empeñar Mariano
tanto hormigón por la mitad vendido;
mas no vio mercaderes y, aturdido,
su espanto confió a amigos y hermanos.
Colegas halló de lustre y terrenos
derechos al mar y en bellas bahías
de quien conseguir, ¡al fin!, lofts por menos.
No es que sospeche en Mariano manías,
mas su hormigón saldó pactos ajenos,
y en Marbella, cuentan, pasa sus días.
LA OFERTA
Esclava, de la fábrica al mercado,
doy al postor amor en suministro.
Ni mi valor ni mi bien yo administro,
rendida estoy al precio equilibrado.
Gentil pretendiente me ha liberado
de ofrecerme en público y en registros
por bajos servicios que dañen mi estro,
desdorándome ante el interesado.
Voy comprando voluntades sin cuento,
pues cuanto más me quieren más me crezco:
saciar tu celo es logro de portento.
Mañana verás a cuánto me ofrezco;
doblar el lucro de mi don presiento,
así que tómame ya, que envejezco.
IV
LA DEMANDA
"Un soneto me manda hacer Violante"
Lope de Vega
Unos dúplex me manda hacer Fulano
que me inquieta hallarme con tal pedido.
Y ahora que Blas dicen que ha salido,
burlón, les cuento chismes de Mengano.
Pensó un día cómo empeñar Mariano
tanto hormigón por la mitad vendido;
mas no vio mercaderes y, aturdido,
su espanto confió a amigos y hermanos.
Colegas halló de lustre y terrenos
derechos al mar y en bellas bahías
de quien conseguir, ¡al fin!, lofts por menos.
No es que sospeche en Mariano manías,
mas su hormigón saldó pactos ajenos,
y en Marbella, cuentan, pasa sus días.
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