Diez sonetos capitalistas (I, II)
I
EL CAPITAL
(Al modo gongorino)
Competir quiso un día Adonis, émulo,
del Oro con la prez y el parangón;
mas Venus del Amor fiaba su don
a la vena áurea que al Sol dio pábulo.
Flébil de cuidados, de celos trémulo,
afrentado por pírrico vellón,
del de Biblos fue lúgubre baldón
ir de Venus el dador a Oro el ósculo.
Si a ti beldad de numen sucumbió,
oh gualdo señor en fastuosa lid,
¿quién sino tú lisonjas recibió?
Atad mi alma, mi esperanza ceñid
al Empíreo al que Ícaro subió
y goce ya del capital la ardid.
II
EL TRUST
Tris, tras..., ¡trust! Cantaré trunca tu gloria
trufada de contratos millonarios.
Encumbrada, acosa sed predatoria
a la astuta treta del empresario.
Acaparar quieres, trocarte en noria,
del oro en tu eje girará el erario,
y esquivarás la voz difamatoria
del Estado, truhán y mercenario.
Oh cópula bendita, que en ti brilla
la virtud y el triunfo de un parto bravo
que en belleza a la Venus misma humilla.
No saldrá más de tu tronera un chavo,
¡ya es tuyo el mercado de la Tortilla!,
y aun el servil verso con el que acabo.
EL CAPITAL
(Al modo gongorino)
Competir quiso un día Adonis, émulo,
del Oro con la prez y el parangón;
mas Venus del Amor fiaba su don
a la vena áurea que al Sol dio pábulo.
Flébil de cuidados, de celos trémulo,
afrentado por pírrico vellón,
del de Biblos fue lúgubre baldón
ir de Venus el dador a Oro el ósculo.
Si a ti beldad de numen sucumbió,
oh gualdo señor en fastuosa lid,
¿quién sino tú lisonjas recibió?
Atad mi alma, mi esperanza ceñid
al Empíreo al que Ícaro subió
y goce ya del capital la ardid.
II
EL TRUST
Tris, tras..., ¡trust! Cantaré trunca tu gloria
trufada de contratos millonarios.
Encumbrada, acosa sed predatoria
a la astuta treta del empresario.
Acaparar quieres, trocarte en noria,
del oro en tu eje girará el erario,
y esquivarás la voz difamatoria
del Estado, truhán y mercenario.
Oh cópula bendita, que en ti brilla
la virtud y el triunfo de un parto bravo
que en belleza a la Venus misma humilla.
No saldrá más de tu tronera un chavo,
¡ya es tuyo el mercado de la Tortilla!,
y aun el servil verso con el que acabo.
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