Diccionario en balas: FUMAR

Prometí
que sería
el último,
y lo dejaría.
Pero el hábito
atávico
de la tos
pudo más.

Caí.
Me herí.
Vencí.

Oh cangrejo
trifásico
y tu cuento
de no acabar:
inspirar,
arrasar,
expirar.
Hacia atrás.
¿De qué gas
llenaste
la recámara
tísica donde
fornicamos?
¿Con qué ardid
sorteaste
las trampas
oscilantes
que tras
los ojos
sepultaron
el último
batel
a Citerea?

Oh mierda
prensada,
pulcra
y educada,
destrozada
en hebras,
recogida
del antro,
en mi seno
alojada.
Oh cochambre
ovular,
capilar,
hemofílica,
gonorreica,
metastásica
que yo picaba
entre horas
en el lagar
ebúrneo
de un titánico
abisinio.

Oh vórtices
cárnicos
de centrípetos
cuantos
de álcali
regurjitados;
caminos
procesionales
de la brasa
a mis labios
de mis labios
a mis dientes
donde junto
al sarro
idílico
nicho
hallen
Madame
Memoria
y sus rameras.

Camaradas
del vicio,
plutócratas
del trapicheo
con pecheras
pinzadas
de pus
y de moco;
bobos
con valvas
de almas
desdentadas
y fiebres
cantonesas,
que ven
al Rey
desnudo
en sus tocadores
de humo.
Ralea
de salón,
baudelaires
inflados
de bonos
basura,
cachimbas
de la santa
inopia.
Bazofia
de azoteas
que sufrís
spleen
de hollín
colgados
de los grises
canalones.

Siempre
iréis conmigo.

Quemad
las naves
y su contrabando
lisérgico.
Abrasad
las aves
prensiles
que inhalan
los oros
pérsicos
en las sublimes
humaredas
de las fantasmagorías.

Y dejad
mi cuidado
en los ceniceros
olvidado.

Véase también: AUTORIDADES SANITARIAS. RAPÉ. MONO. FIJACIÓN ORAL. KIF.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Fiesta (y 10)

La Fiesta (9)

La Fiesta (8)